298 Kleinere Schriften LXXXXII Historia del mono técnico / parte 19
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Esa noche, cuando el padre
llegó a casa del trabajo, se sorprendió mucho porque los niños no querían
escuchar su historia, sino que querían contarle la suya. Ese día habían
estado en un museo y ahora ambos hablaban al mismo tiempo.
Historia del mono técnico
Su maestra en la escuela los
llevó a un museo especial. En la entrada, había un gran cartel con una
inscripción "historia del mono técnico". Cuando entraron, un guía
los saludó.
“¡Mis queridos niños y niñas!
¡Bienvenido en el museo! Os mostraré todo y contaré la historia del mono
técnico,” comenzó. “¿Habéis ya estado en un museo?” Los niños le miraron con
los ojos grandes y la boca abierta, y la expresión de su rostro hizo evidente
para el guía que le escucharían con mucha atención.
"Una vez había muchas
tribus o mejor, digamos familias de monos más grandes en todas partes de la
tierra," y señaló un gran mapa que se apoyaba contra la pared a cuarenta
y cinco grados. En el mapa se podían ver muchos valles y montañas, ríos y
llanuras, bosques y pampas rodeados por un gran océano. “Al principio, los monos vivían en los árboles y recolectaban la fruta
que encontraron en ellos,” y el guía les mostró a los alumnos una imagen.
"Pero cuando llovía o en invierno cuando nevaba, los monos siempre se
mojaban y tenían frío." Algunos alumnos pusieron sus cuadernos sobre sus
cabezas e imitaron los temblores por el frío.
El guía sonrió y continuó,
"un día, uno de los monos decidió descender al suelo porque había
descubierto una cueva." Otra imagen en otra pared mostraba a un mono
sentado en una cueva.
“En esa época, cuando vieron
un relámpago, tuvieron miedo y se escondieron en la cueva. Pensaron que era
algún tipo de espirito. Sin embargo, una vez, un relámpago golpeó un árbol y
se incendió. El mono más curioso salió y miró el fuego un poco más cerca. Por
supuesto, primero se quemó, pero luego, puso una antorcha en el suelo y puso
más madera sobre ella.” Los alumnos comenzaron a reír, uno se sopló las manos
y miraron otra imagen. “Luego llevó una antorcha a la entrada de la cueva e
hizo un fuego de campamiento allí.” Todos se imaginaron sentados en la cueva
y calentándose junto al fuego.
“Por supuesto, no había
suficientes cuevas para todos, por lo que uno tuvo la idea de construir una
especie de techo para sí mismo. Primero, estos techos parecían carpas y luego
se parecían a casas." Los alumnos miraron a su alrededor y se imaginaron
lo que significaba una casa en ese momento. "Cuando construyeron una
chimenea en la casa, habían domesticado el fuego y ya no era un espirito o un
alma sagrada."
De repente, se llevó el dedo
a los labios. Los alumnos pensaron que quería decirles que se callaran. "¡Nuestros
labios y nuestra boca! ¿Para qué usamos nuestra boca?" les preguntó. "¡Para
hablar!" Gritaron todos. "¡Eso es! ¿Y por qué hablamos?" continuó.
"Queremos decirles a los demás lo que pensamos," fue la respuesta a
su alrededor. "¡Tenéis razón!" sonrió, "queremos intercambiar
información." Con los ojos grandes y la boca abierta, los niños le
miraron. Miró a su alrededor y continuó, "cuando queremos construir una
casa grande juntos, necesitamos comunicarnos. ¡Peter, sostén esta barra!
¡Mary, pon ese trozo de madera allí!" Los niños entendieron que el idioma
en una forma simple fue inventado para que sea posible trabajar juntos.
“Luego, querían facilitarles
la vida, por lo que comenzaron a plantar sus árboles alimenticios, arbustos y
plantas alrededor de sus casas. En el medio eran las casas y a sus alrededores,
sus jardines y campos." "¡Los primeros pueblos!" gritaban los
alumnos.
De repente, en el techo del
auditorio del museo, aparecieron el sol y luego la luna y las estrellas. "Ahora, esos monos comenzaron a pensar en el día y la noche, y las
estaciones, y como no podían entender esa parte de la naturaleza, se los
imaginaron como dioses y diosas," los miró y esperó preguntas. Pero los
alumnos estaban tan asombrados que solo podían abrir la boca pero no hablar.
"Sí, lo habéis adivinado bien, construyeron templos."
Los alumnos pensaron en
iglesias y templos que ya habían visto y se preguntaron cómo podían
transportarse esas grandes piedras en esa época, cuando no había máquinas. El
guía parecía leer en sus mentes, "primero, esos monos experimentaron que
esas inmensas piedras podían moverse más fácilmente sobre tablas de madera, así
construyeron los primeros trineos." "¿Construyeron sus templos solo
en invierno?" preguntaron los alumnos. "¡Buena observación!"
exclamó el guía. Puso un trapo largo en el suelo, le pidió a uno de los
alumnos que se sentara y comenzó a tirarle. Los alumnos asintieron con la
cabeza porque habían entendido esta parte de la técnica. Luego puso unas
varillas gruesas en el suelo y les puso una tabla. Se le pidió a un alumno
que se parara y tirar fue aún más fácil. "Probablemente, este fue el
predecesor de la rueda," explicó el guía.
Esa noche el padre se durmió
con una sonrisa de satisfacción en su rostro.
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Thursday, 14 November 2019
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